Francisco, el papa de la diversidad

Publicada el 10 de Junio del 2025

La edición de mayo de la Revista Jesuitas Chile estuvo dedicada   íntegramente al legado del papa Francisco. Dentro de los artículos  apareció uno  de  nuestra Pastoral de la Diversidad  Sexual titulado  Francisco, el papa de la  diversidad. En esta entrada compartimos el contenido de esta colaboración .


El paso de Francisco para la comunidad creyente de la diversidad sexual podría describirse como una puerta entreabierta que permite el paso de la luz en una habitación que ha permanecido oscura por mucho tiempo. Recordaremos al Papa jesuita como el primer sucesor de Pedro y que desde el Evangelio, inició el camino de reconocimiento de las personas LGBT+. Esto lo dejó bastante claro en 2023 cuando en el Encuentro Mundial de la Juventud en Lisboa, frente a medio millón de jóvenes, recalcó que “todos, todos, todos” son bienvenidos en la Iglesia.

Para permitir esa luz de esperanza, Francisco debió navegar entre posiciones manifiestamente contrarias. Como lo advertía Tony Mifsud sj en su libro “Homosexualidad: una nueva comprensión desde el ethos cristiano”, una parte de la Iglesia ni siquiera acepta la bendición de parejas homosexuales, en una sociedad que no entiende posiciones anacrónicas como esta. Esta situación polarizada impide un diálogo respetuoso y fraterno. 

Así las cosas, Francisco enfrentó esta tensión sosteniendo siempre la lámpara del Evangelio, gesto que se plasmó potentemente en la primera etapa de su pontificado con la frase que aún resuena: “¿Quién soy yo para juzgar?”. Como reafirmación, vinieron después las palabras a un hombre homosexual “Dios te hizo así y te ama”.

¿De verdad, un papa, estaba diciendo estas cosas?

En un testimonio documental Francisco compartió su apoyo a la legislación de las uniones civiles: “La gente homosexual tiene derecho a estar en una familia”. En otro momento manifestó con claridad que “ser homosexual no es un delito”, para poner matiz frente a legislaciones que persiguen la diversidad sexual. Y si aún no quedaba en claro, el Papa jesuita recalcó que “Toda persona es hija de Dios, toda. Dios no rechaza a nadie, es Padre”.

La polarización estuvo lejos de atenuarse. Sin embargo, la sociedad y parte del Pueblo de Dios empezó a oír de la iglesia jerárquica un mensaje significativamente distinto sobre la diversidad sexual. 

Junto a sus palabras, abundaron también los gestos de Francisco. Recibió a un amigo homosexual y su pareja por 19 años, admitió el bautismo de las personas transgénero y que pudieran asumir el rol de padrinos y, lo que puede señalarse como la manifestación más potente de su papado con relación a la diversidad sexual, permitió la bendición de parejas del mismo sexo.

Francisco supo ayudar a restaurar el respeto y la dignidad de las personas LGBT+. Aportó con algo valioso y profundo empatizando con la experiencia de los seres humanos que forman parte de una minoría, recordando que son hijas e hijos de Dios.

Es cierto que a veces pareció contradictorio, también dejó varias deudas. Pero hizo todo lo que le correspondió a su tiempo, capacidad y vocación. Créannos, nunca, nadie, podrá cerrar la puerta entornada que dejó Francisco para iluminar la diversidad sexual con la Buena Noticia. 

Gracias, Francisco, por tus gestos de esperanza.

Padis+, Pastoral de la Diversidad Sexual,

Padis+ Padres (Pastoral de padres y madres de hijas/hijos de la diversidad)